Renaisment

miércoles, 27 de junio de 2012

Letters


El deslizador puede quedar atrapado entre las redes de otro tipo de hombre quizás el más sofisticado y más difícil de identificar, pues este puede cubrir las apariencias de cualquiera de los anteriores.
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Este hombre anda detrás de la inercia de cualquiera de los demás hombres, pues aprovecha la brecha en cualquier espacio, para no toparse de lleno con lo desconocido.

Este hombre es el hombre zombi, aquel que navega muerto en vida, aquel que solo vive posponiendo su fracaso, se les observa en todos los lugares, sedientos por chupar sangre, por parasitar los más preciosos recursos espirituales y humanos.

Inclusive hasta en los espacios de libre discusión y en cualquier ágora publica se les observa aferrados a solucionar problemas con soluciones que ellos nunca han vivido, ni sentido pero si escuchado hablar de ellas.

 Los deslizadores suelen ser debilitados ya que ellos solo se deslizan y no se quedan a apreciar el comportamiento del hombre zombi, tiene que llegar un hombre caminante a advertirle en que pasos anda metido el zombi, pues para el deslizador el tiempo es algo esencial en su función.

El brillo en los ojos del hombre zombi es inexistente, pero es un buen actor que sabe distraer la atención hacia el brillo por parte de los demás hombres, la ventana del alma te expresara siempre la condición de los hombres.

El zombi tiene que ser matado en su mente, espíritu y cuerpo para que pueda tener la elección de transmutar de manera natural en el que mejor sensación haya tenido de los hombres, pero también tiene la elección de morir sin ser enterrado y seguir envolviendo con un manto color negro las velas blancas provenientes de los rayos solares y las demás luces existentes.

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