Padme Hum

Las gaviotas habían ya destrozado mi cuerpo, cada una de ellas me dejaba sin órganos vitales y sin gestos, mi pulso se derramaba con mi sangre y los sancudos me acechaban. De repente llego una zopilota, quizás olio mi muerte desde lejos. Lo que hizo fue levantarme, limpiarme, motivarme y lanzarme al aire...  mientras mis cenizas caían, me percataba de como me reconstruía.
Hace tanto que me convertí en una bestia humana, que olvidaba mi silueta, la de un fénix.

OM

Ataviado, confundido y extraviado, así es como alguna vez me llegue a sentir. No he tenido oportunidad de conocer los diferentes lugares del planeta que el señor mundo me invita a visitar, sin embargo he recorrido caminos con muchos fabulosos hombres y audaces mujeres.
He tenido más amigos que enemigos, o por lo menos, hace mucho que no sufro un reto directo de alguno.
Quizás nosotros somos el enemigo, al recordarnos y reclamarnos cosas que no podemos alterar en el tiempo, a menos que sea usted un viajero.
En los tiempos en los que he viajado , se me ha ofrecido mucho y mucho he dejado ir, seguramente las cosas están mejor sin mi, imagínese... ¿volver a destruirlas?
Las cosas son, no fueron y bajo esa premisa, tengo que apresurar mi paso bajo la tormenta y ser paciente ante la calma que me espera en los volcanes.