Renaisment

lunes, 23 de abril de 2012

Confianza

Recuerdo a Mazatlán como un paraje de personas bienintencionadas, cuyas herramientas no eran tan sofisticadas ni poderosas como el martillo de thor para cambiar las cosas, sin embargo se vivía de manera tranquila.
Estando aquí, llego a la conclusión de qué era un fetiche para mi el vivir en la ciudad de México. El estar aquí me ha enseñado que uno puede ser feliz donde se lo proponga. Tu has decidido quedarte en el resguardo de las montañas semiaridas y además tomaste la decisión de seguir el vuelo sola. Alguna vez concebí la posibilidad de protegerte a través del tiempo y de eso solo aprendo las lecciones del tiempo cuando uno sueña demasiado.
Mis uñas están tan dañadas como mis nervios, preguntándome a mi mismo si debería ir en tu búsqueda y hablar de frente las cosas, o desear tu visita mientras aun sigo aquí.


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