Renaisment

miércoles, 4 de mayo de 2011

El acecho del narcotráfico a Jalisco y México

Es indescriptible ver como la centralización del poder en México es tan evidente, pues, a pesar de que su carta magna o constitución describe y oficializa al país como una republica federada, la realidad es otra… los múltiples poderes reales se encuentran hacinados y protegidos en unos cuantos asentamientos urbanos o metrópolis del país, donde históricamente se les ha catalogado como impulsores nacionales de virtudes sociales como lo es la cultura, la educación, el comercio y el deporte. Esto es narrado curiosamente como si estos estándares surgieran de manera espontanea, natural y por el esfuerzo de autoridades y líderes locales en todos los ámbitos… olvidando por completo que tales características se han logrado por la gran adquisición de capital social proveniente de los muchos estados de la republica, que se encuentran en un contexto precario comparado con las virtudes sociales que proyecta tener una metrópoli como por ejemplo: Guadalajara.
Dicha metrópoli, actualmente se encuentra acechada de manera explícita por un peligro de muerte para cualquier orden político: el pánico colectivo, la violencia urbana y la guerra entre asociaciones delictivas (que hasta ahora se dimensionan sus alcances como organización); hechos que han sumido progresivamente al país en un caos generalizado que poco a poco ha carcomido la tranquilidad y la “paz social”, esto aunado a la declaración mediática del gobierno federal declarándole la “guerra al narco” a propagado que se generalice en la población lo que por algunos teóricos racionalistas nombran como el medio más efectivo para tener impacto en las personas: el miedo.
Este ha empezado a nublar el juicio de su población y al grado de que esta ha subido el tono de sus reclamos y exigencias al estado en lo que respecta a seguridad pública, para seguir gozando de una “vida en paz”. Consecuentemente han desaparecido de la escena pública temas como el de la “desigualdad extrema” que existe en este país, así como también el fracaso de nuestras instituciones educativas, el grave desempleo, el descuido al campo y otros problemas que de no trascenderse, son sustentablemente igual de peligrosos para la nación que el tema de la llamada Guerra contra el narco.
Escritores como Gustavo Hirales M. mencionan que las características anteriormente dichas, no alcanzan para aceptar el atrevimiento del gobierno de Calderón y sus aparatos mediáticos al afirmar masivamente una guerra existente contra el narco, pues según el no es guerra, porque el narco mexicano no está asociado ni dominado por los grupos de tendencia extremistas, como sí ocurrió en Perú, Colombia, Afganistán y en otros países (aún)… Aquí guerra es una metáfora que alude a la decisión del Ejecutivo Federal de enfrentar a los grupos del crimen organizado “con todo el poder del estado”; al igual que “ejércitos privados” no se refiere a verdaderos ejércitos, si no a grupos de civiles (y últimamente ex militares) armados que responden a un mando y se han reclutado por una paga o botín.
A razón de Gustavo, que menciona que el estado intervino no por conflictos entre grupos organizados, si no porque la urgencia era tal en estados como en Tamaulipas y Michoacán gracias en medida a la protección institucional que recibían los narcotraficantes , que además de haber alborotado el mosquero que estaba carcomiéndose gran parte de podredumbre del país y ponerlo en alerta, era necesario recuperar la autoridad del gobierno, revivirlo en todo el territorio, devolver la “tranquilidad” que generaciones enteras no habían conocido en algunas zonas del país; cosa la cual afirma Gustavo “no puede hacerse pronto y sin sufrir muertos”.
Ante este contexto anteriormente descrito, el gobierno del estado de Jalisco ha pedido a la federación un crédito por mil cien millones de pesos, para militarizar sus fronteras con los estados de Michoacán y Zacatecas donde se ha intensificado el conflicto entre organizaciones delictivas, además de los enfrentamientos de las corporaciones policiacas contra esta; demostrando una vez más que el poder en este país y específicamente en este estado tiene como prioridad la atomización del infra poder que controla “el narco”, pues a palabras de Maureen Meyer, asociada para México de la Oficina de Latinoamérica en Washington (WOLA, por sus siglas en inglés) :
“La lucha se ha centrado en producir detenciones y no en promover e implementar las reformas estructurales necesarias para fortalecer a las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia en México; después de tres años de guerra, la violencia no ha disminuido y las drogas siguen fluyendo”
A mi juicio, en México se corre el riesgo, de que el objetivo se convierta como lo describe Robert C. Bonner, Ex director de la DEA en el periodo de intervención en Colombia:
“El objetivo era desmantelar y destruir a los carteles principales (Medellín y Cali, los más grandes)”
Una vez cumplido aquel objetivo aun persisten traficantes de drogas en Colombia, y la cocaína aun se produce ahí “pero comparados con los viejos carteles, los actuales son más pequeños, mas fragmentados y menos poderosos”, sin embargo no se ha dejado de producir el volumen de Droga que consumen las sociedades de los países industrializados y modernos; entre ellos Estados Unidos, país que el cual México le surte el 70 % de las drogas que se consumen interiormente. Sin embargo a palabras de Robert C. Bonner, cuando culmino su intervención en Colombia concluyen que: “los carteles, ya no representan una amenaza para la seguridad nacional”.
Edgardo Buscaglia, profesor de Derecho y Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y director del Centro Internacional de Desarrollo Legal y Económico, dijo que en México 78% de los sectores económicos del PIB están infiltrados por el narcotráfico, pero el gobierno no reporta un solo caso de desmantelamiento patrimonial de ninguno de los sectores afectados, ni por la Secretaría de Hacienda (SHCP), ni por la Secretaría de la Función Pública (SFP).

“La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda no tiene la capacidad para enfrentar estos temas, pero el gobierno cuenta con el Sistema de Administración Tributaria (SAT); yo le recomendaría al secretario de Seguridad Pública Federal que en vez de preocuparse por tener más helicópteros se ocupe en alimentar investigaciones para el desmantelamiento patrimonial del hampa”.
Con esta cita, podría concluir que se pronostica un fracaso de esta política pública, como muchas de las acciones que han venido reproduciendo erróneamente el gobierno del estado de Jalisco, pues solo un ingenuo no tiene conocimiento que la Zona Metropolitana de Guadalajara era hasta hace muy poco tiempo una especie de santuario para narcotraficantes y sus familias; el gran capital con el que cuentan estas organizaciones se “limpia” legítimamente para la inyección de la economía de la región y a ayudado emergentemente ante el fracaso del gobierno y la sociedad civil por activar y mantener una economía general sana. Los cinturones de pobreza han crecido enormemente y por igual se ha infectado de bandas que se dedican y se mantienen del narcomenudeo… el apogeo y el crecimiento de la metrópoli se dio a partir del empobrecimiento de sus zonas colindantes y no necesariamente esas personas sin oportunidades optaron por trasladarse a las ciudades a buscarlas, si no, se han vuelto carne de cañón para el reclutamiento de grupos organizados. Este reclutamiento se intensifica en lugares donde existe pobreza marginal (la padece la mitad del país), abriendo una posibilidad de trabajo “bien remunerado” para las personas que viven esta condición, pues en palabras de Gustavo Hirales, existe escasez de “mano de obra sicaria”, situación que se ha dado ante el enfrentamiento frontalizado durante muchos años en diversas zonas del país; esto ha obligado que las organizaciones recluten personas pobres, indefensas, ignorantes y faltos de sentido en lugares donde antes no se reclutaba gente, como lo son los barrios bajos urbanos y los pueblos decadentes abandonados, lleno de familias desarticuladas por la migración hacia los Estados Unidos o peor aún, pueblos llenos de deportados que están de vuelta al país, llevándose la sorpresa que sigue en condiciones iguales de precarias a las que tenía cuando estos se decidieron a abandonarlo, nadie contaba que EU deportaría solo en el 2010 más de un millón de mexicanos.
En fin, la situación es complicada, la comprensión y la solución de problemas que amenazan la gobernabilidad de este país se aleja en el horizonte, el país se militariza, los racionalistas que mencionan que el miedo es la forma más efectiva de provocar algo en las personas tendrán razón y los mexicanos comunes y corrientes que nos creímos el idea o sueño de una vida mejor, que el bien siempre triunfaba, que el justo sobresalía, que la educación servía, que el mentiroso fracasaba, que nuestro esfuerzo intelectual, moral y ético tendría un fruto en nuestro escalafón en el bienestar material seguiremos siendo decepcionados y acechados; el estado cada vez saca más su colmillo represivo, la elitisacion y la segregación de la sociedad sobresale y el estatus quo hace que no nos reconozcamos en lo mas mínimo como ciudadanos de una nación.

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