Renaisment

jueves, 2 de diciembre de 2010

El hombre Lunar

El deslizador tiene en mente tomarse un pequeño descanso, un descanso para llevar a cabo una decisión “trascendental” entre dos rutas que se encontró al final del camino llano y nada pomposo que había seguido hasta el momento. Y se dirige a los volcanes, volcanes; donde los hombres meditan y se “recargan”.

Cuando llegó a los volcanes, se encontró a un hombre, que a “legua” se veía que no había estado con los pies en la tierra desde hacía ya algún tiempo, se había ido a vivir a la luna, ahuyentado por lo cruda y amarga que se había tornado su visión sobre el dios en el que creía, el dios “humanidad”, dios que no mostraba compasión ante lo que él creía y valoraba como vida, este dios estaba destruyendo a todo lo que le daba sentido para “vivir”, por lo tanto tomo la decisión “racionalmente” de irse a vivir a la luna donde observaba solo una tierra. Este hombre no soporto la monotonía de ver una sola tierra, así que se ensimismo en conseguir los periódicos que llegaban a la luna. En algún tiempo supo que esos periódicos los hacían para confundir aun más a los que se habían ido a vivir para haya.

Cuando había llegado al límite de lo que él se había encargado y aferrado a construir como sus fronteras de comprensión, el hombre lunar, se traslado hacia los volcanes donde uno siente su propio calor y escucha su propio corazón y este le dijo:

Cuando las personas hayan sido “buenas” (Decisiones con intención desinteresada, o sea, ver las cosas como fines y no como medios) en una vida( o en otro lenguaje, en una de sus reencarnaciones)(en una de sus épocas)(en una de sus etapas de aprendizaje), cuando “mueran” (trascender, para no morir resignado) pasaran a ser ángeles que te cuidaran desde el cielo(Experiencias provenientes de la conciencia y de lo aprendido en otras “reencarnaciones, vidas, situaciones o etapas de la vida común), comprendiéndose por cielo a la psique desinteresada, sin ambiciones egoístas que logra “cuajar” todo como si se viviera en un cielo que hoy en la mayorías de hombres se concibe como “externo”, cuando en este caso el cielo es interno, y se asciende a él, cuando no se hace uso forzado del poder, lo logra aquel que se comprende como parte esencial del dios humanidad, aquel que se auto determina. El hombre de la luna ya algo confundido, pues él desde la luna veía la tierra como una sola y tenía la creencia de que éramos muy responsables de ella por ser nuestra casa y así cuidarla. Le pregunto a su corazón: ¿Cómo acceder al cielo? ¿Como llegar al Nirvana? ¿ Cómo superarse, como trascenderse a sí mismo?, al cual, su corazón responde: esta situación viene después de haberse sacrificado (en términos cristianos) o haberse iluminado {en términos Budistas, es decir, haber superado todos los miedos psicológicos, arquetípicos o en su caso traumas o imposición de dogmas por tu tradición cultural}, Cristiano en el sentido de tener convicción de lo que se cree hasta la muerte, hasta la muerte de una personalidad creada y concebida para un tipo de vida requerida en su momento o contexto, y Budista en el sentido de trascender todos tus limites hasta ahora experimentados(pudieran ser también las barreras dialécticas), para trascender a una comprensión de la propia libertad que hasta ahora no conocemos, es desconocida y por lo tanto es temida, al extinguir todos los miedos se puede trascender hacia lo que posiblemente el SER desea y los miedos del intelecto no lo dejan, los miedos no son más que experiencias que no sucedieron como lo deseábamos idealmente y al darte cuenta nos refugiamos en una caverna y hasta “cavamos” hoyos para no ver la luz de la “realidad”, la realidad de nuestro dios “humanidad”.

Realidad que se construye día con día, hacia pasajes inciertos donde el miedo no tiene cabida, pues alteraría el equilibrio natural. Si se incrusta el miedo en las más profundas cavidades de nuestra realidad, este terminara por convertirnos en una cosa y no en un sujeto.

Al haber obtenido las respuestas que necesitaba, este volvió a poner los pies sobre la tierra y lucho por jamás volver a perder su libertad, y se reconcilio con el dios humanidad, al que ayudaría extinguiendo el miedo en otros espacios y colores.

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