Hoy la indiferencia acumulada me da una lección, es capaz de detener y modificar inclusive mis sentimientos… Para que tanto esfuerzo… para que preocuparse…
Los tres que me trajo San diego no tenían aliento siquiera para preguntarme el camino hacia su destino, solo alcanzaron a despreciar las acciones del Tío Sam… Se veían muy agotados, aunque este agotamiento no les evito llegar hacia mí.
Me siento triste, y apabullado, siento impotencia por no poder estar presente en muchas dimensiones a la vez.
martes, 16 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario