Renaisment

sábado, 29 de diciembre de 2012

Senderos de leyenda

Para que he de tener vida si no es para gozarla... He acompañado el sufrimiento de tantos, que dure mucho tiempo en reconocer el propio.
Cuando llego, avasallo toda mi realidad como si ella dependiera de otros, los ayude a revivir, del hueso y la palidez, reflorecieron las almas y las vidas de muchos de quienes se acercaron un poco a mi corazón.
El problema fue cuando la compasión por revitalizar el espíritu  ajeno me consumió el alma, al grado de no dejarme ver nada, pues los ojos, dicen... son la ventana a esta.
Estar en el recinto de los palacios, me hizo valorar la calidez humana, la propiedad privada y el seguimiento de una relación de pareja que a lunas llenas me mantenía en un elixir de embellecimiento,  sin embargo, cuando llego el fantasma y aparto al mago y la hada, para no reconocerse siquiera de manera cercana, mi pesar fue casi equiparable al espíritu de aventura que me ha hecho caminar solo por brechas desconocidas durante años.
Hoy solo pido para mi mismo, paz en la turbulencia y claridad en mi percepción del mundo, espero que los cambios de aires, y el hacerse responsable de las decisiones propias, con coraje, respeto y buenaventura, me lleven a buen puerto.

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