Renaisment

miércoles, 17 de octubre de 2012

Daimon en reposo

El sortilegio ha terminado; su isla se ha encargado de romperlo por sí misma, despojando, además, a Bonaparte del ensueño sentimental y literario que lleno su primera juventud.
No cree ya en la bondad de la naturaleza humana. Tal vez no necesitaba de esta prueba para endurecerse;  pero lo cierto qué se ha endurecido de veras. Hasta su estilo ha cambiado, ha adquirido nervio. Bonaporte ha rebasado la edad del sentimiento, ha dejado de ser muchacho.

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