El miedo es un sentimiento que tal como te da vida, te la
quita, te regala satisfacción cuando los despejas, pero cuando aparecen suele
desequilibrar tus decisiones, tu pensar y como los especuladores, los miedosos
ambicionan demasiado en resolver y presagiar el futuro.
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El hombre con miedos, al estar a la defensiva, se le cumple
sus deseos y recibí una serie de ofensivas por parte de los demás hombres, ya
que el miedo lo envuelve en una dinámica de solo recibir.
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El miedo al originarse del pavor e incertidumbre sobre la
muerte, pasa desapercibido ante otros hombres, como al zombi, pues este al
saber que ya murió, que ya se arrastro en la inmundicia y en el vacio del ser,
no trata de planear su alrededor y tratar de manipular la vida como una estrategia
digna de gasparov el ajedrecista.
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La cualidad de este hombre es que en la búsqueda para
resolver algunos de sus miedos aprende un ligero talento previsor, que lo hace
prevenirse de sí mismo, y canalizar sus miedos en creatividades.
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El hombre que no posee ningún miedo, quizás no sea humano,
el deslizador nada o muy poco conoce
a este hombre de miedos, pues este no conoce el miedo, no sabe cómo
interpretarlo, de vez en cuando lo siente de manera ajena, solo para empujar a
quien los tiene que descifrar.
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Dicen que un hombre sin miedos, es un hombre sin esperanza,
quizás yo diga cualquier hombre puede adentrarse dentro de los miedos, solo si
son los propios, para identificar y jugar con ellos.
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