Después del luto, viene la calma, apenas empieza a brotar color de toda esa parte de mi espíritu que se ennegreció al saber que mis apegos se rompían y se desvanecían en el tiempo.
No a funcionado el quejarme de las cosas, solo ha entorpecido mi caminar, me quejo de no tener vida, cuando hace tiempo la perdí en vaivenes y confusiones, en nostalgias y apretones, en apagar la luz extinta...
lunes, 18 de marzo de 2013
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