Con pasos firmes y encuentros luminosos, así empiezo este año. Los nervios se apaciguan mediante la aparición de la esperanza y algunas certezas que se comprueban sin palabras de por medio.
El sendero ha ampliado su anchura y se observa de mejor manera por donde esta menos áspero y más verde, el occidente de México me recibe con los brazos abiertos... hay mucho por hacer y hay tanto qué amar, que solo mis temblores amorosos son capaces de demostrar tal sentimiento.
jueves, 3 de enero de 2013
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