martes, 4 de diciembre de 2012
Familia astral y temporal
«Tengo la impresión de que Henríquez Ureña -claro que es absurdo decir eso- de que él había leído todo, Todo. Y al mismo tiempo, que él no usaba eso para abrumar en la conversación. Era un hombre muy cortés, y -como los japoneses- prefería que el interlocutor tuviera razón, lo cual es una virtud bastante rara, sobre todo en este país, ¿no?».
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